lunes, 6 de enero de 2014

La Ciencia de la Paciencia

Como lograrla sin perderla en el intento.


Dicen que cuando estas enfermo, debes ser paciente, porque hay un objetivo que alcanzar, que es volver a estar sano otra vez y por eso eres un "paciente". Dejas de ser paciente cuando estas al 100% nuevamente.

El agobio de prácticamente todos los padres, aunque no están enfermos, es que frecuentemente pierden la paciencia con sus amados querubines. Empiezan en la mañana siendo Mary Poppins, sólo para terminar el día siendo una Cruela de Vil.

El ser paciente durante la crianza de los hijos tiene que ver con lo "que quieres alcanzar" al ejercer esta cualidad del carácter. ¿Quieres que tu hijo(a) deje de comportarse en esa forma que tanto te esta enfadando ahora mismo? ¿O quieres, al ser paciente, dirigir a tu hijo hacia el eventual dominio de si mismo?, y por tanto... ¿hacia una sana independencia?

Si tu resolución es la segunda, para mostrar tu paciencia no habrá mejor vehículo que el arte de comunicarte.

Para dominar el arte de la comunicación y que el mensaje que le quieres trasmitir a tu pequeño interlocutor sea bien recibido, la forma y el fondo han de ser los adecuados.

3 cosas para empezar a practicar:

1.- Tu mensaje debe SIEMPRE ser trasmitido en una forma respetuosa, con un tono firme pero gentil, sin levantar la voz y con palabras que edifiquen, NO que destruyan. (¡Sigue leyendo para saber como vas a lograrlo!)

2.- Esfuérzate en escuchar, en poner TODA tu atención a lo que te dice el niño, así sea la versión más inverosímil del porque le jaló la trenza a su hermanita. Haz preguntas. En sus palabras, podrás detectar las cualidades que le hacen falta desarrollar para ser capaz de entablar buenas relaciones con los demás.

3.- Al término de la plática, la DIGNIDAD tanto tuya como la de tu hijo debe permanecer INTACTA.


Esta es una primera parte de un interesante artículo escrito por la Psic. Margarita R. González Juárez que estimo de gran valor, en la próxima publicación continuaremos con lo referente a la disciplina como la máxima expresión de amor hacia nuestros hijos.  No se la pierdan.

Hasta la próxima
Roc.
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