Hola mis estimados
amigos, visitantes y seguidores de este blog.
Les comparto con
gusto la emoción con que he recibido, junto con otras personas, EL PREMIO NACIONAL 2013 DE EXCELENCIA
PROFESIONAL, otorgado por la Cámara Nacional de la Mujer y la Fundación Líderes Transformado México; además le cuento que ha coincidido con mi cumpleaños, por lo que se ha
convertido en uno de los mejores festejos de mi vida.
UN SALTO DE FE…testimonio de mi vida a mis cuarenta y
tantos...
Sea por Dios,
dijo así el doctor cuando finalmente todos, …empezando por mi,… dimos un
salto de fe… y entonces, procedió a retirarme el tubo con el que me mantuvieron
respirando por más de 12 días.
Recordar cómo se
debía respirar cuando siempre lo había hecho, sola y sin siquiera pensar en
ello,... parecía un momento no solo crucial,.. sino peligrosamente osado...
entonces recordé que un maestro de la prepa me dijo un día,… ni siquiera sé por
qué…(supongo que de alguna manera intuía lo que tendría que enfrentar en el
futuro)
“Puedes dejar de
hacer aunque sea por un tiempo, lo que sea, puedes dejar de dormir, puedes
dejar de comer, puedes dejar de quejarte, pero lo que no puedes nunca, es
dejar de respirar, porque eso te mantiene conectada al flujo de la vida,
por tanto a tu conexión consciente con Dios.
De tal manera que si
estas respirando estas alimentando la fe en Dios… era entonces esa, una
afirmación muy extraña que no cazaba con mis ideas…
Así que debí
confrontar esa creencia porque había dejado de respirar pero aunque sea de
manera artificial, yo estaba viva, por lo que le dije a Dios...
Dios, si en verdad
quieres algo de mi y mi vida sirve para algo, aquí estoy, ya no tengo miedo, ni
tristeza, ni dolor; aquí, en este momento voy a
dar mi salto de fe, esa fe que no supe cómo tener verdaderamente hasta
ese día… y que los libros no me podían explicar.
Y sin más cerré los
ojos, pensé en mis hijos y sentí cómo me sacaron el que había sido mi puente
con la vida, ahora corría de nuevo por mi
cuenta… igual que cuando me cortaron el cordón umbilical con mi madre.
Y así,… desde entonces, considero
que cada momento de nuestra vida es como un salto de fe; sin saber exactamente
que va a seguir al instante después de cada respiración, sea que estemos o no
conscientes de cómo lo hacemos. Mi
misión es hablar de ese preciso momento con pacientes y alumnos. Vivan aquí y
ahora, pero sean omnipresentes, omniconscientes y omnisapientes.
Una
eternidad de luz y de fe nos sostiene en el preciso momento del presente. Por eso, aquí y ahora.. solo agradezco a todos los que me han acompañado
desde ese segundo nacimiento hasta este estrado,.. donde simplemente puedo
afirmar: Amo la vida,
amo a mi familia , mis amigos y mis alumnos, amo mi profesión, amo vivir y amo
lo que le siga!
Hasta la próxima
Roc.
.
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