El mundo en el que vivimos siempre está cambiando, el clima, la naturaleza, la tecnología, nosotros cambiamos, las personas que nos rodean y así… todo cambia, el trabajo, los hábitos, las modas, los autos y las casas, etc…
Los cambios producen la necesidad de reacomodos tanto físicos, como sociales y mentales, es decir, ajustar o crear nuevas estructuras adaptativas.
Por poner un ejemplo, hablemos de mudanzas, en promedio las personas a lo largo de su vida pueden llegar a ocupar unas 10 casas; algunas encuestas han demostrado que solo un 16% de nosotros tiene la intención de permanecer por siempre en la casa que actualmente ocupa, pero para la mayoría de nosotros el cambio es inevitable.
Nuestros hogares cambian a nuestro alrededor a lo largo de nuestras vidas. La gente se mueve dentro y fuera. Las renovaciones se concretan o se desmoronan. Los desastres afectan. La familia crece. El desorden se acumula y… generalmente se dirige hacia la puerta.
Es importante que aprendamos a manejar y lidiar con el cambio.
Cambiar, es un desafío mental.
Fue el neurólogo, psiquiatra y sobreviviente del Holocausto Víctor Frankl, quien dijo: "Entre el estímulo y la respuesta, hay un espacio. En ese espacio esta nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra libertad”.
Frankl es ciertamente un científico calificado para compartir su experiencia y conocimiento sobre la gestión del cambio, fue el fundador de la Logoterapia, una psicoterapia que propone que la voluntad del sentido es la motivación primaria del ser humano, y aunque sus planteamientos siguen siendo enriquecidos por otros autores, su aportación a la atención clínica, en determinados casos, es esencial para la recuperación integral del paciente. Entre sus obras se destaca el libro "El hombre en busca de sentido".
Es innegable que el viaje humano está siempre afectado por el cambio, mismo que a veces se presenta como un suave y delicado roció, mientras que otras, como el golpe de una mano dura.
Por hacer algunas referencias, en el frente interno, compañeros de piso, socios, amigos y familiares, entrarán y saldrán de nuestras vidas, a veces nos causarán dolor, mientras que en otras puede ser un alivio. Los cambios físicos como... cambios de oficina, trabajo, puesto, renovaciones, traslados a nuevas viviendas, barrios y ciudades, también marcarán el ritmo de nuestro camino interno.
Esto hace ineludible que cada uno de nosotros debe encontrar maneras de trabajar con el cambio, tanto el esperado como el inesperado, si vamos a sobrevivir y prosperar como individuos y como especie. De este tema seguiremos hablando en las próximas notas, mientras tanto, ya que hablamos de cambios de casa, los invito a visitar la página amiga de http://www.mudanzasfedericoramos.es
Hasta la próxima
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